El inicio en El cuento del cortador de bambú
El cuento del cortador de bambú narra la historia de Kaguyahime, una pequeña bebé de tres pulgadas encontrada por casualidad por un anciano cortador de bambú, al ver una luz resplandeciente en el interior de una de las secciones del tronco en el que estaba trabajando.
Pasado un tiempo, el anciano decidió llevársela a su casa y confiársela a su anciana mujer para que la cuidara. El anciano (Sanuki no Miyatsuko) continuó con su trabajo de cortador, pero desde aquel día algo cambió: empezó a encontrar oro en cada sección de bambú que cortaba.
Y así, mientras Sanuki no Miyatsuko prosperaba y se hacía inmensamente rico en El cuento del cortador de bambú, la pequeña que había encontrado unos meses atrás creció hasta convertirse en la jovencita más bella del lugar, aclamada y admirada por pretendientes que llegaban de todos los rincones del país.
Huyendo del matrimonio al que querían condenarla y después de mucho insistir en negativas, Kaguyahime no tuvo más remedio que ceder y accedió a valorar las propuestas de casamiento, sin embargo, puso como condición que todos los varones que la pretendieran superasen antes una prueba de valor escogida por ella.
Las peticiones
Dos príncipes, un ministro, un gran consejero y un segundo consejero, según la versión original de El cuento de cortador de bambú, fueron los valientes que se atrevieron a presentarse como aspirantes al compromiso matrimonial. Pero Kaguyahime, que no estaba dispuesta a acceder a ninguna de sus peticiones, les impuso una serie de pruebas que sabía que les sería casi imposible superar:
- Al príncipe Ishitsukuri le pidió que le trajera el Cuenco de Piedra de Buda
- Al príncipe Kuramuchi lo envió a una montaña en el mar Oriental llamada Horai. Deseaba la rama de un árbol con raíces de plata, tronco de oro y raíces de perlas.
- Del ministro Abe no Miushi deseaba la piel del ratón de fuego.
- Al gran consejero, Otomo no Miyuki, le dijo que quería la joya con brillo de cinco colores que tenía colgada en el cuello el dragón.
- Al segundo consejero, Isonokami no Marotari, le exigió una de las conchas koyasugai de las golondrinas.
El destino final
Después de mucho tiempo, desesperados por no haber podido conseguir los objetos solicitados, los cinco pretendientes decidieron acudir al ingenio para intentar validar sus acciones. Para ello recurrieron a la artimaña de la falsificación y ordenaron construir objetos idénticos a los que les había pedido Kaguyahime, la princesa de la Luna. Aun así, ninguno consiguió superar la prueba.
El anciano lamentaba que Kaguyahime se quedara soltera y se preocupaba de que se casara con una persona de buena posición social. Pero Kaguyahime no accedía nunca y siempre decía que no a todos. Kaguyahime dijo entonces al anciano:
—Solo si esta piel no arde será la señal de que es la auténtica piel del ratón de fuego y me plegaré a la propuesta de mi señor.
El ministro se mostró contrario a la propuesta, pero el anciano insistió en probarla en el fuego. Ante la firmeza del anciano, el ministro mandó arrojarla al fuego, y la piel ardió con viveza.
—¿Habéis visto? ¡Era una piel falsa! —exclamó la princesa.
(El cuento del cortador de bambú [Anónimo] Edición y traducción de Kayoko Tagaki1 | Traducido directamente del japonés).
Kaguyahime era consciente de que estaba atada a su destino. Quería luchar contra él, pero también sabía que le sería imposible, que tarde o temprano los enviados de la Luna vendrían a recogerla para que cumpliera con su misión más importante: ejercer como princesa y futura reina en el lugar que la vio nacer.
En el mes de agosto, en una noche de luna llena, Kaguyahime ascenderá al mundo de la inmortalidad. No sabe cuándo, pero sabe que ese día llegará y que no podrá hacer nada para evitarlo.
El cuento del cortador de bambú
El cuento del cortador de bambú, más conocido como Taketori Monogatari, está fechado hacia finales del siglo IX, aunque hay quien no está de acuerdo y lo data más hacia bien entrado el siglo X.
Murasaki Shikibu (El cuento de Genji [Genji Monogatari]) afirmó, casi un siglo después, que El cuento del cortador de bambú se había quedado algo anticuado, debido al despertar del humanismo y al estilo realista de las creaciones literarias. [2]
Así, el cuento que fue definido como el principio de todos los Monogatari, quedó sumido en el más profundo de los olvidos, y solo mencionado en obras como El cuento de Genji, de la dama Murasaki.
La incertidumbre y el enigma de la autoría del cuento hicieron que la verosimilitud de su versión original fuera cuestionada, permitiendo la existencia de diferentes libros que reclamaron su legitimidad.
Cuentos parecidos surgieron en épocas posteriores, aunque dentro de una línea más folklórica (Kaguyahime [una niña que sale del huevo de un ruiseñor]).
Las referencias a Taketori Monogatari disminuyeron hasta casi desaparecer al entrar en el periodo Kamakura (1192 – 1133). Una excepción es el cuento que aparece en Konjaku Monogatari (siglo XII), aunque más parecido a los cuentos populares. [2]
Por último, el reciente descubrimiento de un cuento tibetano titulado La princesa del Bambú, idéntico a el cuento que nos atañe excepto en el final (la princesa se casa con el hijo de la casa en la que creció), ha venido a poner en entredicho el origen de Taketori.
Podéis encontrar El cuento del cortador de bambú en Trotta Editorial
1Kayoko Tagaki es profesora de lengua y cultura japonesa en la Universidad Autónoma de Madrid e investigadora en el Centro de Estudios de Asia Oriental de la misma Universidad.
[2] El cuento del cortador de bambú | Introducción (Koyoko Tagaki).